Se trata de una técnica muy innovadora que consiste en la exploración del canal espinal (columna mediante una óptica (lente) de alta definición que aporta una fuente de luz. Ésta consta de una cámara endoscópica con un sistema óptico , conectado a una pantalla de Televisión de alta definición, que permite visualizar el disco intervertebral y las raíces nerviosas con nitidez milimétrica.
La Cirugía de Mínima Invasión, es una técnica quirúrgica que no ha dejado de evolucionar durante los últimos años, creándose nuevos métodos y accesos quirúrgicos para abordar la columna vertebral.
Fases de la Cirugía de Mínima Invasión
La primera fase, que requiere de unos 30 minutos aproximadamente, consiste en:
Anestesiar al paciente, en la mayoría de casos de tipo general o local.
Colocar el paciente de manera precisa: decúbito prono con almohadillados en el tórax y en la región pélvica. Basculación en flexión de las extremidades inferiores.
Utilización de proyecciones anteroposteriores y laterales para identificar exactamente el abordaje y la entrada de la cámara óptica endoscópica.
La recuperación es muy rápida ya que la incisión de la piel es de tan solo 1 cm y no es necesario la colocación de drenaje.
El dolor desaparece inmediatamente después de la cirugía. En ocasiones, si los nervios han estado comprimidos durante mucho tiempo o intensamente, se produce hormigueo (parestesias) o acorchamiento (hipoestesias) que desaparece en unas semanas de manera progresiva.
El paciente recibe el alta hospitalaria el mismo día de la operación, una vez que se haya recuperado de la anestesia quirúrgica. La actividad diaria se recupera durante la primera semana y, en caso de practicar deporte, éste se retoma a partir de la sexta semana.
